29 de agosto, sábado: Salvatierra - Vitoria
Ya estamos en la llanura alavesa y la
etapa de hoy es monótona: polígono industrial, asfalto y pistas de tierra
apisonada.
Pasamos por Gazeo y enseguida llegamos a Ezkerekotxa deteniéndonos en la
iglesia de San Román donde charlamos unos minutos con una simpática vecina que
está limpiándola y nos permite echar un vistazo. Seguimos por un camino entre la autopista y
las vías del tren que unen Madrid - Irún hasta un gran puente peatonal que
atraviesa las vías y que no hay que cruzar, pero como vamos charlando y
confiados, pasa lo de casi siempre: se confunde el que va primero y todos
detrás. Al poco, recuperamos la pista y pronto estamos en la carretera que se
desvía a Alegría Dulantzi donde hemos quedado para almorzar con Miguel, Antonio
y Juliana.
Si continuamos esta rutinaria etapa
vamos a llegar tarde y cansados a Vitoria donde sí hay lugares interesantes que
ver y visitar, así que decidimos abreviar para aprovechar el máximo tiempo en
esa preciosa ciudad "donde el verde es capital".
Nos hemos situado en el Albergue de
la Catedral que está en la Calle Cuchillería, en pleno centro, y marchamos a
comer a uno de los muchos y buenos restaurantes que nos rodean. Pencas
rellenas, marmitako, carrillada y postres varios hacen las delicias de la tropa
hambrienta. Luego, santa siesta.
La tarde se presenta atractiva porque
es sábado y el bullicio de las calles hacen presagiar que la noche será animada,
sobre todo en ésta que los bares están
puerta con puerta. Tras el relax, callejeamos
por el centro histórico, bajamos hasta
la Plaza de la Virgen Blanca, fotografiamos a Celedón, el símbolo de las
fiestas de Vitoria que se celebran del 4 al 9 de agosto (hemos llegado tarde);
unas cañitas en la Plaza de España frente al ayuntamiento y nos disponemos a
iniciar nuestra propia ruta de los vinos, hoy cenaremos tapeando.
Está todo de bote en bote, es difícil
entrar en los bares pero nos apañamos para conseguir nuestras
consumiciones. Cuando ya llevamos el
cuerpo a tono y algunos la boca ardiendo por el último pincho guindillero que
hemos compartido, buscamos una cafetería
con televisión y saboreamos unos gin-tonics viendo ganar al Madrid contra el
Betis. Y ahora a descansar. Menos mal que, siguiendo el criterio de Fernando, hemos
pedido en el albergue que nos cambien a unas habitaciones interiores porque el
follón en esta calle va a durar hasta el amanecer.
PINCHANDO EN CUALQUIER FOTO PUEDEN VERSE TODAS A MAYOR TAMAÑO.
PINCHANDO EN CUALQUIER FOTO PUEDEN VERSE TODAS A MAYOR TAMAÑO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario