CAMINA Y REVIENTA NUEVE: ZEGAMA

28 de agosto, viernes: Zegama - Salvatierra

El desayuno de esta mañana ha de ser consistente porque estamos a 300 metros sobre el nivel del mar y hemos de subir a 1.135 metros en 8 km, por lo que el desnivel es importante.

Ya bien aprovisionados salimos de Zegama, primero por carretera para continuar enseguida por un sendero junto al incipiente rio Oria. Al poco, tomamos una pista de cemento que va empinándose pronunciadamente donde nos encontramos con Andrés, un terrateniente de la zona que tiene ganas de hablar, relatándonos las peripecias y dureza de su vida. Seguimos por la inclinada ladera del Aizkorri hasta toparnos con la discreta ermita de la Virgen de las Nieves donde Fermín, el propietario de la casa anexa, nos cuenta que la talla que vemos es una copia de la original del sXIII, actualmente en la iglesia de San Martín de Tours de Zegama que vimos ayer. Unos metros más arriba se encuentra el caserío de Buenavista y el camino se divide en dos: el oficial marcado con las flechas amarillas gira a la izquierda y por él nos vamos Paco Calatayud y yo, a la derecha sube otro sendero que ha recomendado Fermín por el que se desvían Esther, Fernando y Paco Ruiz.

El camino de subida es espectacular dejando atrás prados que atravesamos salvando varios portillos, encontramos alguna borda (edificación para almacenar comida para el ganado y productos agrícolas) y avanzamos entre magníficos hayedos por un camino muy bien señalizado y siempre con la vista puesta en la imponente pared del Aizkorri. En la ermita del Sancti Spiritu, junto a la que existió un antiguo hospital de peregrinos, nos tomamos un respiro dirigiéndonos a continuación hacia la boca Norte del túnel de San Adrian, que ya divisamos, llegando al mismo tiempo que el resto de compañeros que tomaron el camino alternativo.

Por esta oquedad, que une las provincias de Guipúzcoa y Álava, ya pasaba la calzada romana entre Astorga y Burdeos, siendo en el sXI cuando alcanzó su mayor apogeo tras anexionarse Castilla ambas provincias y utilizar el túnel como ruta comercial con los demás reinos europeos ante la imposibilidad de pasar por el reino enemigo de Navarra. Por aquí han transitado reyes, emperadores, príncipes, soldados, mercaderes, peregrinos, etc. y en su época de mayor auge estaba fortificado y disponía de infraestructuras como caballerizas, posada, ermita, así como una guardia permanente. Actualmente se conserva la arcada de la puerta, restos de la muralla y una ermita que no es la original.

Tras pasar un buen rato admirando este entorno, salimos por la boca sur que es tan baja que se cuenta que aquí fue la única vez en su vida que el emperador Carlos V humilló la cabeza. Caminamos un trecho por la antigua calzada y luego por pistas forestales, de nuevo entre hayas, cruzándonos con algunos excursionistas que se dirigen al túnel. Todo este tramo es de bajada hasta la zona de aparcamiento donde vamos a almorzar.

Después del piscolabis y una ligera cabezadita, continuamos descendiendo hacia Zalduondo, ahora por carretera asfaltada sin apenas tráfico. Hace mucho calor y pronto me quedo rezagado, constatando que el esfuerzo de esta mañana unido a la reciente lumbalgia padecida me tienen mermado, pero ahí vamos aunque con más pena que gloria.

Hoy Zalduondo es un pequeño pueblo donde solo hay un bar, pero su arquitectura con varios palacios y la iglesia del sXVI recuerdan su antigua situación en el camino principal de Castilla. Y aquí nos tomamos un largo refrigerio a la sombra de la iglesia para recuperar los líquidos perdidos por el calor asfixiante que nos está machacando. Quedan 6 km por carretera hasta Salvatierra y la mitad del grupo decidimos que ya está bien por hoy, así que mientras unos reanudan la marcha otros prolongamos el descanso a la fresca de estos muros centenarios.

El albergue es una casa unifamiliar de planta baja con todos los servicios situada junto a un polideportivo, por lo que el trajín de gente que viene y va es numeroso durante la tarde, pero al caer la noche todo se relaja y el entorno es óptimo para el descanso. Una espléndida cena donde triunfa el bacalao a la vizcaína, un paseo por el casco viejo de esta villa medieval y un gin-tonic sentados a la puerta de "nuestro" albergue, cierran una etapa preciosa.

PINCHANDO EN CUALQUIER FOTO PUEDEN VERSE TODAS A MAYOR TAMAÑO.